Aunque el pulpo tenga pulpa,
el pulpo no tiene culpa
del llanto del calamar,
que ha perdido su tinta
y no para de llorar.
Se la ha dejado olvidada
en la cresta de una ola.
Como todas son iguales
no sabe encontrarla ahora.
Sin tinta es imposible
escribirle a su novia,
que en la otra esquina del mar
sola suspira y llora.
El pulpo no tiene culpa,
pero lo culpa su pulpa,
del llanto del calamar,
pues si le presta su tinta
el llanto se acabará.
El pulpo no tiene culpa,
pero su pulpa lo culpa
del llanto del calamar
que ha perdido su tinta
y no la puede encontrar.
Inédito